sábado, 6 de marzo de 2010

Testimonio de Dulce

JUNTOS EN EL AMOR DE LA MADRE TIERRA

El viaje hacia Colombia fue para mí un paréntesis relajado, sin expectativas y al mismo tiempo lleno de expectación.
Había estado pendiente de Internet y del blog, trabajando intensamente para que toda la información fluyera y llegara al máximo de personas. Mi cuerpo empezaba a protestar por todas partes y aunque primero me dije que era consecuencia del largo invierno, como otros años, luego caí en la cuenta de que, desde primeros de enero estaba teniendo una “crisis curativa” originada por el movimiento de energía que ya estaba fluyendo.
Era una situación que ya conocía, la había vivido bastantes veces, me hizo sentir feliz y creció mi expectación.
Sin esperar nada concreto, me fui para Colombia sabiendo que cualquier cosa podía ocurrir y consciente de que lo que iba a vivir iba a ser algo único, fantástico y probablemente lo mas extraordinario que nunca había vivido.
De entrada, nada mas llegar, empezó la danza de los abrazos que no pararía hasta que me despedí del último de los amigos. Con algunos hacia tres años que no nos veíamos, con otros solo hubo comunicación no verbal (por aquello de las diferencias de idioma), con todos teníamos poco tiempo para charlar, dada la intensidad del trabajo, pero la alegría de las sonrisas, las risas y las carcajadas, la hermosa calidez de las caricias, apretones de manos y abrazos, nos metió en pocas horas en una misma energía que nos llevó en volandas hasta la fecha clave del miércoles 24.

La MAGIA DEL UNIVERSO hizo que estuviéramos las 100 personas que se requerían en el entrenamiento (varias de ellas trabajando intensamente desde la distancia, como nuestra querida Ivonne)y con los objetos de poder exactos que se necesitaban.
Si necesitábamos 300 personas invitadas, llegaron 719. Si parecía imposible reunir a 30000 alrededor del mundo, se superó esa cifra.

Y toda esa MAGIA me llegó como una sensación amorosa que cuesta poner en palabras. ¡Tan extensa, tan profunda, tan diferente a todo lo sentido antes!
Entre todos lo conseguimos, nuestros corazones generaron la energía necesaria, la Energía de la Tierra fluyó y todos los que estábamos conectados la sentimos.

Y aunque mi “razón” y los “conocimientos” que yo tenía hasta ahora me lo nieguen, lo cierto es que ocurrió y no puedo negar lo que sentí, lo que viví.
Hay científicos investigando y concluyendo que el corazón tiene neuronas, que emite ondas electromagnéticas medibles y que estas ondas varían según el tipo de emociones, sentimientos y pensamientos del “sujeto medido”. Esto podría explicar lo que ocurrió al unirnos en una sola intención amorosa y quizá seria interesante para muchos “demostrar” todo esto, pero lo cierto es que yo me quedo con mi experiencia, esa que me dice que no necesito creer porque sé que pasó. No tengo más que transportarme con el recuerdo a ese momento para volverlo a saber, para sentirlo y hacerlo mío para siempre.

Es mi decisión vivir en esa y desde esa Energía cada día.
En esa Energía, en ese Amor, nos encontraremos amigos, ¡siempre!

Vuestra Dulce.
Sayu tze tze la. (Estaremos juntos aunque no nos veamos).

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