martes, 9 de marzo de 2010

MI VIVENCIA EN EL VIAJE INICIÁTICO DEL CORAZÓN. PILAR



Enmarco este viaje, dentro de los llamados viajes de transformación o iniciaticos; muchos años después aun descubres cosas que pasaron en ellos a los que no encontraste significado y que más adelante se lo puedes encontrar.

Para mí ha sido dar un paso importante, al seguir el llamado de mi intuición, al atreverme de entrada, en cuanto supe del viaje, a participar en esta aventura del corazón.

Me he sentido apoyada y cuidada en todo momento, tanto por Jaime y Lidia y compañeros, como por los seres de otros planos que nos acompañaban.

La magia estuvo presente en todo momento, en forma de visiones, sincronías, encuentros, sueños, conversaciones, hechos, creaciones, que son difíciles de plasmar y que pierden su sentido cuando las intentas trasladar a palabras concretas,, Cada uno creo que vivió las experiencias necesarias para sanar su propio corazón, trasmutadas en elixir de vida por cada uno de nosotros.

Me llevo conmigo un gran sentimiento de gratitud por todo lo vivido, por poderlo vivir en primera persona, por poder sentir la presencia de la tierra, del agua, del viento y del fuego de una forma tan especial, y de los diferentes reinos vegetal, animal, mineral, por haberlo compartido con seres de muchos países, y sobre todo porque creo que solo es el inicio y continuación de un largo proceso.

Me encantó la preparación de la ceremonia desde las 7 de la mañana y la ceremonia en si misma; ocurrieron tantos momentos mágicos a su alrededor,... como por ejemplo la alegría desbordante que sentí al mezclar los pétalos de las flores que se utilizaron para señalar los círculos del mándala dibujado en el espacio de la ceremonia, la presencia de la lluvia que percibí como un regalo, cuando activábamos cada uno de los círculos, La expansión de corazón que experimenté al recibir a la gente que acudía a la ceremonia, con la sonrisa y agradecimiento en sus caras, el sentimiento de fuerza al entregar nuestro corazón para abrir el corazón de la tierra, el escalofrió de paz y amor que recorrió finalmente mi cuerpo y el estado de serenidad, plenitud y alegría que me embargo después.

Pero si hay algo que de verdad me ha emocionado es comprobar al volver a casa, que los que se quedaron aquí también lo vivieron de la misma manera y más allá de ésto es sentir que los que participamos en esa ceremonia allí o aquí seguimos unidos profundamente por unos lazos sutiles pero muy fuertes, que la transformación se ha operado en cada uno de nosotros de alguna manera.
Ahora cuando observo a mis amigos, a mi familia espiritual, los observo muy hermosos, veo su belleza, su corazón, algo que antes no era tan palpable para mí. Creo que ellos se han transformado pero sobre todo yo he limpiado las telarañas de mis ojos y de mi corazón para recibir y acoger a los que me rodean de una forma más amorosa y compasiva.

Doy las gracias al universo por ser tan afortunada, porque la vida me sonríe al hacerme consciente cada día de ella, por sentirme viva y despierta.
Gracias de corazón. Pilar

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